Festejamos con gran alegría que el 11 de abril, la Asociación Civil Construyendo Dignidad-Encuentro de Organizaciones presentó su proyecto de redes comunitarias al programa Roberto Arias, impulsado desde el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
Una vez aprobado su proyecto lograrán financiamiento para la implementación de una red de comunicación comunitaria que permita acceder a servicios de Internet, mejorar la conectividad en la zona y promover la participación ciudadana y comunitaria a través de plataformas digitales en los barrios Campo de la Ribera y Villa Inés.
Este proyecto además, contempla la capacitación en tecnología y el fortalecimiento de emprendimientos locales, con el objetivo de impulsar trabajos técnicos y el desarrollo económico y social de la comunidad.
Construyendo conectividad de forma colectiva
La Asociación Civil Construyendo Dignidad-Encuentro de Organizaciones es una organización territorial de la provincia de Córdoba. Se organiza y lucha por el acceso a mejoras en las condiciones de vida de vecinos y vecinas que habitan barrios populares. La Asamblea de Campo de la Ribera, que es parte de dicha organización, es el lugar de encuentro de vecinas y vecinos de los barrios Campo de la Ribera y Villa Inés, históricamente excluidos del acceso a derechos universales.
Esta comunidad se organiza y trabaja activamente para conseguir recursos y llevar a cabo un proyecto integral que aborde distintos desafíos en la zona, incluyendo la falta de acceso a servicios de comunicación y tecnología.
Previamente a esta presentación del proyecto, la organización había buscado obtener financiamiento del Programa Barrios Populares, pero lamentablemente no tuvo éxito debido a la falta de compromiso y desidia por parte de ENACOM.
A inicios de 2022 confirmaron su participación en el Semillero de Redes Comunitarias de internet para postulantes al Programa Roberto Arias para profundizar los conocimientos que tenían sobre redes comunitarias y ser asesoradas por AlterMundi en su re-postulación de proyecto, esta vez, al Programa Roberto Arias.
”Entre sus principales actividades se encuentra la escuelita tecnológica donde brindan formación vinculada a software libre, redes comunitarias, etc; el comedor y la copa de leche, la cuadrilla de limpieza y construcción y tareas de apoyo escolar. “Es un espacio en donde se busca generar acciones que mejoren las condiciones de vida, tanto materiales como culturales de los habitantes de este barrio”, señalan sus integrantes.
¿Por qué es importante llevar conectividad al barrio? Carla explica: “En nuestro barrio popular el acceso a internet está muy limitado y en la zona no había proveedores de internet que pudieran llevarnos el servicio, en ese contexto, ya teníamos una dificultad para acceder a este derecho universal. Con la pandemia eso se radicalizó y la necesidad de poder estar conectadas para acceder a salud, educación, fue muy fundamental y estábamos en una situación muy difícil. Ya conocíamos la experiencia de AlterMundi y nos pusimos en contacto para ver la posibilidad de poder conectar una red comunitaria en el barrio. Buscamos financiamiento para poder comprar dos LibreRouter y empezamos a hacer el despliegue de esos nodos y a la vez estamos en este Semillero para compartir y profundizar los saberes”.
Fragmento del artículo de NodoTAU “Relatoría 3 / Mapeo y croquis: reconociendo el territorio¨
Una actitud destacable de las compañeras es que como ya conocían los requisitos administrativos por haber postulado al Programa Barrios Populares, pudieron mostrar ellas mismas al resto de las organizaciones participantes del Semillero cómo completar los formularios. Una crónica con fotos de este encuentro formativo se puede leer AQUÍ.
Luego han mapeado y montado con éxito los 4 equipos wifi LibreRouter, en red entre sí y con internet, priorizando la conectividad en el espacio comunitario barrial. Finalmente y luego de muchas vicisitudes, lograron aplicar su proyecto al Roberto Arias. Sobre esto, Jésica, que las estuvo acompañando en el proceso destaca: “Poca gente más tenaz he conocido en mi vida. Pese a tantas dificultades, con un enorme esfuerzo previo desvalorado por ENACOM, con tanta burocracia en contra, las compañeras sacaron fuerza de donde otras personas encuentran desazón y hastío. ¡Las admiro profundamente!”.
El Semillero de Redes Comunitarias en las palabras del Encuentro de Organizaciones
Carla y Paula, dos participantes del proceso, nos convidan la experiencia colectiva y los sentires que se fueron manifestando desde el inicio del Semillero.
“Para todas las compañeras fue un proceso muy transformador participar del semillero. Nos sentimos escuchadas, incluidas, esperadas, cuando sabemos que detrás de la construcción de un proyecto estatal hay una burocracia, a veces expulsiva, que en este caso no sentimos.
Fue hermoso además hacer la experiencia de aprender con otras y otros, compartiendo las alegrías y dificultades.
Nos sentimos respetadas en relación a los tiempos comunitarios propios y a las decisiones comunitarias. Nos deja la sensación no sólo de pensarnos como red comunitaria, sino también formando parte de un colectivo de comunidades que vamos empujando para el mismo lado.
Este proceso de acompañamiento colectivo es una experiencia fundamental para construir un proyecto político que aspire a fortalecer las diferentes dimensiones de la soberanía, entre ellas la soberanía tecnológica. Además, es muy importante resaltar que gracias al apoyo del Semillero pudimos acceder a recursos económicos para materializar las ideas que venimos proyectando desde hace más de dos años.
Con los materiales y equipos recibidos pudimos montar los primeros cuatro nodos de nuestra red comunitaria. Esto nos permitió hacernos de un conocimiento práctico puntual, nos demostró capaces de llevar adelante las tareas técnicas, siendo además la mayoría de nosotras mujeres, a las que históricamente se nos piensa ajenas a lo técnico/tecnológico. También nos permitió imaginar más claramente nuestra propia red a partir de la experiencia de estos primeros nodos.
Que una organización compañera acceda a recursos y los distribuya es muy destacable porque existe una extendida práctica política patriarcal y colonial de acumulación de los recursos, es decir de poder. Esta práctica se da no sólo desde el Estado hacia la comunidad organizada o las diversas organizaciones populares territoriales, si no también entre organizaciones que muchas veces se dicen compañeras pero que compiten mezquinamente para ver quien hegemoniza.
Los feminismos nos han demostrado que existe otra forma de hacer política, cultivando las cercanías, gestionando las diferencias, sembrando esperanza por un futuro abierto que podemos construir juntxs, siempre entendiéndonos como cuerpo vivo, diverso, donde si tocan a una, nos tocan a todxs y donde la libertad de una se extiende, se hace más rica y hermosa con la libertad de la otra. Y eso es justicia social.
Este espíritu ha estado presente en el Semillero, porque las organizaciones con quienes compartimos el espacio son muy diversas en territorios, en formas de entender y practicar la lucha, y aun así ahí estuvimos compartiéndonos, ayudándonos mutuamente y produciendo en común tecnología desde y para el pueblo.”